"...DÓNDE ENTRO SI ESTOY SOLA ..." * Lo DeMáS sOn PaLaBrAs tAn SoLo PaLaBrAs *

miércoles, 15 de junio de 2011

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TRANSGRESIÓN

(Opcional para escuchar mientras leeis --> http://www.youtube.com/watch?v=_LpmrZbTu1o)


La habitación todavía está bastante oscura, pero intuyes que debe estar amaneciendo porque los primeros rayos de luz se cuelan por las rendijas de la persiana y atraviesan las casi trasparentes cortinas color melocotón. Desde tu posición privilegiada en una esquina de la habitación la puedes observar perfectamente. Está hecha un ovillo bajo la colcha de su cama, que se eleva rítmicamente con cada una de sus profundas respiraciones. Duerme plácidamente. ¡Te has pasado tantas horas simplemente velando su sueño! Sientes un gran amor hacia ella. Si pudieras, ahora mismo correrías a acurrucarte a su lado, bajo las sábanas, bajo su pecho… pero debes permanecer en tu posición, en silencio e inamovible.

El maldito despertador te arranca de tus ensoñaciones, a la vez que a ella del profundo sueño. Son las 8 de la mañana. Ella saca un brazo perezoso y lo alarga hasta la mesita de noche, tantea un par de veces y por fin, de un golpe seco, termina con el desagradable pitido. Tu corazón se ha desbocado por el repentino acercamiento de su mano, pero a ti ni siquiera te ha rozado. Recuerdas bien el tacto de las yemas de sus dedos, que tantas otras veces has sentido. Esa sensación… esa emoción… esa increíble conexión entre vosotros dos. Evocas en tu memoria las maravillas que sois capaces de crear juntos y un escalofrío te recorre por dentro.

Ella se levanta de la cama y te da la espalda inconscientemente. Ladea la cabeza a derecha y a izquierda haciendo crujir sus cervicales, se estira y se despereza y a ti te hacen gracia sus pelos despeinados, ahora rubios, hace unas semanas negros. Aún sentada en el borde de la cama, se quita la parte superior del pijama que tira al suelo despreocupadamente. Sabes lo que viene a continuación y te gustaría poder apartar tu atención de ella, regalarle esa intimidad de la que cree que disfruta y con la que tan cómoda se muestra, pero es superior a ti, no puedes dejar de mirarla.

Completamente desnuda, se levanta, se dirige al armario, abre la puerta y se queda quieta, pensando absurdamente que hoy también se pondrá vaqueros y camiseta, como todos los días. Y mientras se viste, luchas contra el deseo de hacer algo transgresor, algo que vaya contra las leyes de la naturaleza que ella conoce y sobre las cuales se basan todas sus teorías. No quieres asustarla, ni enloquecerla, solo necesitas expresarte...

Aprovechando al máximo la perspectiva que puedes lograr desde tu posición, la enfocas, acercas el zoom, la sigues durante un par de segundos y finalmente la captas en toda su esencia, en todo su esplendor, con esa naturalidad que tanto adoras… ¡Click! Y en pocos segundos, estás expulsando una instantánea, que vuela torpemente en círculos cada vez más pequeños hasta dar contra el suelo.

Alertada por el repentino disparo, ella se gira y se agacha a recoger la foto del suelo. ¿De dónde ha salido esto?, piensa entre sorprendida y asustada… Tú quisieras poder gritar, ¡Yo! ¡He sido yo! Pero no puedes. Eres una cámara, y obviamente, las cámaras no hablan.



Foto gentileza de Ana Linares
http://www.flickr.com/photos/ana_linares/with/5791050611/