BORRACHOS

Que no necesito reloj, que yo me dejo guiar por tus rutinas y el día que improvisas yo me pierdo y me desespero… y quiero improvisar contigo y que un día te despistes y bajes la guardia y allí esté yo. Cómo he estado siempre, mucho antes de que me vieras por primera vez, yo ya existía, yo ya tenía una vida, unos sueños, unas esperanzas… yo ya tuve un llanto, una tristeza, una soledad. Que no es nuevo este dejarme llevar, este sentimiento, que lo nuevo aquí eres tú y cada vez lo eres menos… que ya me estoy aburriendo de llenar de aire mis pulmones cada segundo. De llenar de minutos mis horas. De llenar mis días de mi propia rutina que no vienes a romper. Y yo me rompo… de dolor… y me emborracho a ratos para darle un respiro a mi corazón, para anestesiarlo y que descanse y así que me dure una semana más. Que a veces se pone muy tonto y me chantajea y me discute todas las razones con las que le oprimo, y me cuesta tener con él la última palabra. Como me costó un mal día, tenerla contigo. Que de últimas palabras están los libros llenos y los corazones y nuestras conversaciones. Pero son nuestras, y todo lo nuestro lo guardo, como si de un tesoro se tratara. Guardo a retales la ropa con la que te visto en mis sueños, para coserla un día que tenga tiempo y ganas. Un día que le de cuerda a mi reloj, que ande solo, que no me pierda, que no me desespere… y si lo hago, poder mantenerme ocupada mientras te espero. Que yo este sentimiento, ya te digo que no es nuevo, y tu… te emborrachas a ratos para darle un respiro a tu corazón.