"...DÓNDE ENTRO SI ESTOY SOLA ..." * Lo DeMáS sOn PaLaBrAs tAn SoLo PaLaBrAs *

martes, 19 de septiembre de 2006

Apareció un buen día, en la vida de nuestro protagonista, el Príncipe, una muchacha que nadie jamás había visto antes. Ella decía ser algo así cómo una princesa... pero la verdad siguió siendo siempre un misterio. Al igual que todas las mujeres que se acercaban al Príncipe, la muchacha quedó rendida a sus encantos y de la noche a la mañana ambos se hicieron inseparables. Muchos murmuraban ya que sería la joven que deshiciera el hechizo y la misma madrastra estaba preocupada y no les quitaba el ojo de encima salieran a dónde salieran. El resto de muchachas de la corte la envidiaban y los hombres de los alrededores la deseaban a ella. Pero pasaban los días, las semanas, los meses... y el anuncio de la boda no llegaba... y tanto el Príncipe, cómo su nueva amiga, no dejaban de negar la posible unión.
El Príncipe era feliz con ella, ajeno al hechizo y a los rumores... pero sentía que algo no iba como debía de ir... Al fin y al cabo él era un hombre, y ella... una mujer.
La joven actuaba como si fuera feliz, siempre que le era posible. Percibió enseguida algo diferente en el Príncipe y jamás dejó que éste conociera sus verdaderos sentimientos. No obstante siempre permaneció a su lado y sentía que siempre lo haría, lo apoyó en los momentos dificiles, lloró en los momentos tristes, rió en los momentos alegres, se enfadó cuando hizo algo mal, pidió perdón cuando el error fué suyo, lo hecho de menos cuando estaban lejos... pero nunca le pidió nada que el Príncipe no le puediera dar. Y así se forjo un amor distinto al que se conocía en el reino hasta ahora. Un amor que no era amor. Un amor, que pese a los esfuerzos, no podía romper el malvado hechizo.
Así que la felicidad y las esperanzas que se habían puesto en la futura pareja, empezaron a desvanecerse de la misma forma que habían llegado... Pero la joven de corazón inquieto pero mente paciente dio un giro inesperado...