"...DÓNDE ENTRO SI ESTOY SOLA ..." * Lo DeMáS sOn PaLaBrAs tAn SoLo PaLaBrAs *

viernes, 16 de diciembre de 2005

Así que teníamos al agua enamorada del Sol... El Sol, nuestro segundo protagonista de esta historia. Nadie había puesto nunca en duda que el Sol era el rey absoluto del Universo. Tan grande y brillante... Tan exquisitamente hermoso... Su fulgor era tal que no sólo deslumbraba a quienes lo miraban sino que además infundia ese temor que emanan los seres que han sido creados superiores al resto. El Sol era incomparable con nada y con nadie y lo sabía. Pero aún así, escondía un terrible secreto que le hacía a la vez ser orgulloso y vulnerable: esa magia que desprendia, esa luz... Cada segundo que pasaba, era un segundo menos de vida que le quedaba. Así que el Sol había aceptado su reinado impuesto, sabiendo que algun día terminaria por quemarse y se apagaría para siempre.
Jamás el Sol se habría fijado en el agua... ¡El agua! ¡Tan sencilla y mundana! Cómo el Sol iba a fijarse en algo que estaba tan por debajo suyo... Y cómo el agua osaba siquiera pensar en que el Sol la podria amar. El agua debía saber lo lejos que estaban el uno del otro. Aunque en el fondo de su orgulloso corazón, el Sol temía al poder del agua. Capaz de apagar su pasión con un fresco gesto inocente.
Y ambos ignoraban que en realidad estaban hechos el uno para el otro. Puesto que los dos eran únicos y necesarios para la vida. Gracias a ellos todo nacía y crecía a su alrededor. Se compenetraban a la perfección y se necesitaban tanto... puesto que tanto el agua como el Sol temían a la soledad que les parecía haber sido impuesta.
Pero jamás un amor es simple y puro...